BELLEZA FEMENINA

Varios pintores nos hablan de la belleza femenina, algunos son renacentistas y los otros son modernistas y son los siguientes:

RENACENTISTAS

LEONARDO DA VINCI CON "LA GIOCONDA"

Su nombre, La Gioconda deriva de la tesis más aceptada acerca de la identidad de la modelo: la esposa de Francesco Bartolomeo de Giocondo, llamada Lisa Gherardini, de donde viene su otro nombre: Mona (señora, del italiano antiguo) Lisa.

Es un óleo sobre tabla de álamo de 77 x 53 cm, pintado entre 1503 y 1519 y retocado varias veces por el autor. Se considera el ejemplo más logrado de sfumato. 

La fama de esta pintura no se basa únicamente en la técnica empleada o en su belleza, sino también en los misterios que la rodean. 

DIEGO VELAZQUEZ CON "QUEEN ISABEL"

Retrata a Isabel de Borbón quien fuera la fhija del rey Enrique Iv de Francia y de su segunda esposa, María de Médici. Recibió el sobrenombre de «la Deseada». 

Velazquez dice que sus obras no se entienden si no tienen fondo.

REMBRANDT CON "THE GIRL IN A PICTURE FRAME"

Rembrendt mete efecto de luz y sombras dándonos como resultado un cuadro que es de efecto óptico.

MODERNISTAS

VICENT VAN GOGH CON "PORTRAIT OF ADELINE RAVOUX"

Impresionista, pintura imprecisa, emocional, con textura.

PAUL CÉZANNE CON "OLD WOMAN WITH A ROSARY"

En el retrato de Cézanne, donde la señora grande de edad mira hacia atrás en una vida que debe haber tenido un dolor significativo y tormento interior. Y mientras mira hacia adelante, ella sabe los días restantes de su están disminuyendo rápidamente. Por lo tanto, es apropiado que los colores son sombríos. Su rostro y la postura muestran que ella es profunda en la contemplación, pero no en la desesperación. Y eso ceja levantada indica una luz de esperanza. Su rostro parece brillar con ella.

El único otro punto brillante en la pintura es sus manos, donde vemos el rosario y entendemos que ha vuelto a la fe sustentadora que primero la llevó al convento.

HENRI MATISSE CON GREEN STRIPE 

Matisse pintó este retrato en 1905, usando como modelo a su mujer, Amélie Noellie Matisse-Parayre. Es una pintura de una gran audacia cromática, que rompe con la representación realista de las formas, la luz y la perspectiva, supeditando todo a la potencia expresiva del color.