Tras la inconformidad sobre la forma de pintar a los caballos, ya que era irreal y prácticamente imposible, Eadward Muybridge (fotógrafo de paisaje) se dará a la tarea de diseñar un plan para conseguir una fotosecuencia de un caballo en movimiento. Una vez concebida la idea, se une a Amasa Leland (empresario industrial) para lograr la secuencia.
Ubicando camaras en sitios específicos, conseguirían observar a detalle el trote del equino, los resultados son los siguientes:
Estó aumentará su hambre sobre perfeccionar movimientos en todo ser vivo posible.
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